Fue La Cátedra un semanario de largo aliento que existió durante la tercera década del siglo XX. Comenzó su andadura como "órgano de instrucción pública", impreso en la Imprenta Municipal, y terminó como "órgano de la juventud católica", impreso en la Imprenta de la diócesis. Por su origen es, junto a El Historiador, de los antecesores más cercanos de nuestra querida revista del Centro de Historia, Antioquia Histórica. de la cual hemos tomado prestado el nombre de este blog.
De La Cátedra habla del siguiente modo don Bernardo Martínez Villa:
"El primero de julio de 1921 vio la luz del Sol La Cátedra, semanario docente en sus comienzos, fundado por el canónigo Luis M. Vásquez y por el profesor don Carlos Villa Martínez, rector y vicerrector en su orden, del Colegio de San Luis Gonzaga, institución que funcionó en el antiguo edificio del Seminario, donde tiempo atrás estuvo establecido el célebre colegio de San Fernando. Más tarde se hizo cargo del periódico don Pedro A. Martínez, cuando pasó a ser órgano de la Juventud Católica que lo regentó hasta su última salida. Entre el grupo de colaboradores importantes que dieron renombre a la publicación, estaba el fogoso escritor J. Eusebio Herrera. Este compañero, quien con ese dinamismo exaltado que le imprimía carácter, dirigió las campañas, primero la referente al proyecto del ferrocarril del Cauca, vía Bolombolo, hacia la costa norte, y después, la que favorecía la construcción también de la vía ferrea hacia Urabá. Esto ocurría cuando en la Asamblea Departamental de 1922, se debatía en memorables batallas la perforación del túnel de la Quiebra. La Cátedra sostuvo con ardor la candidatura del general Pedro Nel Ospina en el año de 1922. Según informes de don Pedro Martínez, su director de más tiempo, la "Cataca" como la llamaban sus no simpatizantes, pasó el límite de las cien ediciones, hazaña mayúscula en esos tiempos cuando se carecía hasta de los más insignificantes elementos". (Antioquia Histórica, número 65, 1975).
Contamos aquí con el acceso a ocho números de La Cátedra, cuyos originales se encuentran en la colección privada de don Alonso Monsalve Gómez, a quien agradecemos.
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